Asco es la denominación de la emoción de fuerte desagrado y disgusto hacia sustancias y objetos como la orina, como determinados alimentos, excrementos, materiales orgánicos pútridos o sus
olores, que nos produce la necesidad de expulsar violentamente el contenido del estómago a través de la boca.
Sus características son:
-Una expresión facial concreta.
-Una conducta específica, que consiste en el distanciamiento del objeto o situación que la produce.
-Una manifestación fisiológica distintiva, que se expresa a través de la náusea.
-Una sensación característica, que se denomina repulsión.
La activación del asco:
-Secreciones del cuerpo y partes del cuerpo ( las heces son las primeras en la lista en todas las culturas). No hace falta insistir en que las secreciones corporales ( heces, sangre, heridas,
secreción nasal, vómitos…) son transmisoras de gérmenes.
-Comida podrida ( también transmiten patógenos).
-Ciertos seres vivos ( arañas, ratas, gusanos…). Evidentemente transmiten enfermedades.
-Ciertas categorías de “extraños o gente diferente” Las personas de otras culturas o grupos pueden tener otras costumbres higiénicas y dietéticas y también pueden o deben ser temidas. Solo hay
que pensar en los millones de muertes en el Nuevo Mundo por enfermedades llevadas por los europeos para darnos cuenta de este problema.
-Violaciones de las normas sociales o morales.
Es interesante señalar que cuando generamos ciertas emociones, se producen también respuestas a nivel cognitivo, a nivel fisiológico y a nivel conductual. Muchas veces, dependiendo de estas
respuestas podemos concluir si estamos o no frente a un trastorno psicológico.
A nivel fisiológico podemos sentir náuseas, activación del sistema nervioso parasimpático, mareos…como una reacción natural del cuerpo a alejarse de ese estímulo. Por último, a nivel conductual
llevamos a cabo claras conductas de repulsión, escape y expresiones faciales típicas y universales que nos sirven para comunicar nuestro desagrado.
Haciendo referencia a los trastornos psicológicos, se ha visto como la emoción exagerada de asco puede llevar a ciertas personas a padecer ciertas fobias específicas sobre todo con animales
considerados como repugnantes que asociamos con la suciedad (gusanos, cucarachas, arañas…).
La mitad de los pacientes con TOC son aquellos que experimentan una sensación sumamente desagradable cuando piensan que si tocan determinados objetos o están en determinadas situaciones se van a
contaminar y entonces necesitan llevar a cabo la compulsión de lavarse como una manera de evitar la enfermedad y asegurar la supervivencia. Según estas investigaciones, es posible que muchos
trastornos de ansiedad estén más relacionados con la emoción de asco que con la propia de ansiedad o miedo. Solo la ciencia nos ayudará a descubrirlo.
Conclusión: el asco es una emoción más, una de las menos tratadas por no decir la menos tratada por los psicólogos y psiquiatras. Aunque sea muy importante ya que asegura la supervivencia del
organismo porque protege de la ingestión oral de sustancias y objetos peligrosos para el organismo o el contagio de enfermedades. Además debe ser bien tratado ya que puede desembocar al miedo
creando fobias o a situaciones de nervios y estrés.
Marta Corominas - 2º BHS