Activación:
Nuestro cuerpo produce de manera natural una hormona responsable de aumentar la alegría y de eliminar el dolor, esta hormona recibe el nombre de endorfina.
Formas para poner en marcha la producción de endorfinas:
-Las comidas: estimulamos varios sentidos de nuestro cuerpo, esto produce una experiencia sensorial que desarrolla la producción de endorfinas.
-La música: logramos penetrar en una experiencia sensorial tan grande, que ésta influye enormemente en nuestro estado de ánimo.
-Los ejercicios físicos: ayudan a eliminar la depresión y es la mejor y más rápida manera de elevar las endorfinas.
-La risa: mejora la respiración, libera tensiones y produce endorfinas. Hay que procurar recuperar el buen humor, rescatando la capacidad de reír y la buena predisposición.
-Las ilusiones sanas: Se trata de poder disfrutar del futuro, despegándose del pasado y de las cosas malas que nos suceden en el presente.
-Un hobby: cuando sentimos que nuestras reservas de endorfinas se está acabando recurrir a una actividad que nos gusta es la solución. Al desarrollar esa labor que nos da placer logramos inmediatamente elevar el nivel de endorfinas.
-El recuerdo de sucesos felices: nuestro cerebro las experimenta y las revive como si estuvieran pasando nuevamente, y es justo aquí cuando recuperamos la alegría y comienzan a liberase nuevas endorfinas.
-El contacto físico con los otros: aumentamos el nivel de producción hormonal cuando tenemos contacto físico con quien nos aprecia y quiere. Nuestro cerebro aumenta la producción de endorfinas cuando las terminaciones nerviosas de nuestro cuerpo se estimulan al sentir cerca otro cuerpo.
-La vida diaria: La monotonía, el aburrimiento, la rutina, hacen que nuestro organismo comience a bajar el nivel de producción de endorfinas. Para mantener la estabilidad en esta producción es necesario mantener la curiosidad y el interés por variados temas.
-Los aromas de la vida: Los olores tienen un gran efecto inconciente en el estado de ánimo y en los recuerdos. Nuestro cuerpo elabora endorfinas cuando el sentido del olfato se halla estimulado por aromas que nos resultan agradables.

Consecuencias:
-Cuando estamos alegres tendemos a experimentar una intensa seguridad en nosotros mismos.
-Eres más consciente de tus habilidades y sacas partido del mismo.
-Reduce el estrés de forma automática, lo cual nos da mayor claridad para realizar cualquier actividad, en donde a su vez obtendrán mayor concentración.
-No le temen a la responsabilidad, lo que quiere decir que aunque exista un fracaso o una falla de por medio no desistirán y siempre verán el lado positivo de las cosas.
-Se encuentran más activos de lo normal, y esto ayuda a fortalecer sus habilidades.
-Se muestran de forma más franca ante las relaciones sociales. Obtienen mayor adaptación al ambiente y forman rápidamente amigos.
-Nos ayuda a perseverar en todo lo que hagamos aunque se interpongan trabas en el camino. Muchos conoceríamos esto como motivación.

Medida
Se han utilizado diferentes técnicas e instrumentos de detección y medida, principalmente dos sistemas de codificación de la expresión facial:
a) Sistema de codificación de acción facial (FACS) de Ekman y Friesen (1978)
b) Sistema de Codificación de Máxima Discriminación del Movimiento Facial (MAX) de Izard (1979)
Como complemento de ambas técnicas se ha empleado también el FAST, que facilita el reconocimiento de diferentes expresiones faciales proporcionando una especie de catálogo detallado de las mismas.
Willibald Ruch (1997) ha elaborado un modelo factorial de jovialidad estado- rasgo: en el que se articulan tres constructor afectivos: jovialidad, seriedad y malhumor, medidos mediante un Inventario de jovialidad estado-rasgo.

Conclusiones:
Podemos sentir alegría cuando alcanzamos una meta, vivimos una experiencia enriquecedora o conseguimos parar un malestar que sentíamos. En general la alegría forma parte de las emociones y sensaciones relacionadas con un estado de bienestar interior; felicidad, satisfacción, júbilo, éxtasis, dicha, etc.
El canal principal de expresión de esta emoción suelen ser los gestos faciales producidos con los ojos y labios, lo que resulta en una sonrisa. Según el nivel de alegría esta sonrisa puede llegar a la carcajada, acompañándose de sonidos y diversos cambios posturales. La alegría también activa nuestro organismo entero, haciendo que podamos manifestar ganas de saltar, correr o incluso bailar. Esto se ve claramente en los más pequeños, que al no estar socializados suelen reaccionar de esta forma frecuentemente.

Paula López - 2º BHS