Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)

El trastorno de estrés postraumático, conocido como TEPT, se puede dar después de haber vivido o haber sido testigo de un hecho violento o traumático como pueden ser las guerras, los ataques terrpristas, los encarcelamientos, los accidentes graves, los desastres naturales o los abusos físicos. La persona que lo sufre siente temor y estrés después de haber pasado todo.
Los estudios revelan la existencia del trastorno por estrés postraumático entre el 1 y el 14% de las personas, explicándose esta variabilidad por los criterios diagnósticos empleados y el tipo de población objeto de estudio. En estudios sobre individuos de riesgo (p.ej., veteranos de guerra, víctimas de erupciones volcánicas o atentados terroristas) pueden encontrarse cifras de prevalencia que van del 3 al 58%. Se calcula que asciende al 40 por ciento en los vecindarios muy violentos.

Dicho trastorno puede causar los siguientes efectos:
-    Flashbacks, el sentimiento de que el evento está sucediendo nuevamente.
-    Dificultad para dormir o pesadillas.
-    Sentimiento de soledad.
-    Explosiones de ira.
-    Sentimientos de preocupación, culpa o tristeza.
-    Alejamiento de lugares y cosas que le recuerdan lo que sucedió.
-    Pensamientos de hacerse daño o hacer daño a otros
Los niños que padecen de TEPT pueden manifestar otros tipos de problemas. Estos problemas incluyen:
-    Comportamiento similar al de niños menores.
-    Imposibilidad de hablar.
-    Quejarse frecuentemente de problemas estomacales o dolores de cabeza.
-    Negarse a ir a determinados lugares o a jugar con amigos.

El TEPT comienza en momentos diferentes dependiendo de la persona. Los síntomas de trastorno pueden empezar inmediatamente después del evento traumático y permanecer. Otras personas desarrollan síntomas nuevos y más serios meses o hasta años más tarde. El trastorno de estrés postraumático le puede afectar a cualquiera, incluso niños.
En realidad, no sabemos por qué los hechos traumáticos pueden causar este trastorno a algunas personas, no a todas.  Los genes, las emociones y el ambiente familiar también pueden jugar un papel. Los traumas emocionales del pasado pueden incrementar el riesgo de este trastorno después de un acontecimiento traumático reciente.
Generalmente, después de lo ocurrido, el cuerpo se recupera, es decir, los niveles hormonales que han sido disparados, ya que se ha segregado mayor cantidad de hormonas y químicos relacionados con el estrés y la puesta en acción, vuelven a la normalidad, restablecen el equilibrio. En las personas que poseen este trastorno esto no es así: el cuerpo sigue secretando dichas hormonas y químicos.
Existen cuatro tipos de síntomas asociados al trastorno del que estamos hablando:

1. Reviviscencia del hecho, lo cual perturba las actividades diarias.
-    Episodios de reviviscencias, en donde el incidente parece estar sucediendo de nuevo una y otra vez.
-    Recuerdos reiterativos y angustiantes del hecho.
-    Pesadillas repetitivas del hecho.
-    Reacciones fuertes y molestas a situaciones que le recuerdan el hecho.

2. Evasión.
-    Insensibilidad emocional o sentirse como si no le importara nada.
-    Sentimientos de indiferencia.
-    No poder recordar aspectos importantes del hecho.
-    Falta de interés en las actividades normales.
-    Mostrar menos expresión de estados de ánimo.
-    Evitar personas, lugares o pensamientos que le hagan recordar el hecho.
-    Sensación de tener un futuro incierto.

3. Hiperexcitación.
-    Examinar siempre los alrededores en busca de signos de peligro (hipervigilancia).
-    No ser capaz de concentrarse.
-    Sobresaltarse fácilmente.
-    Sentirse irritable o tener ataques de ira.
-    Tener dificultades para conciliar el sueño o para permanecer dormido.

4. Pensamientos y estados de ánimo o sentimientos negativos.
-    Culpa constante acerca del hecho, incluso culpa del sobreviviente.
-    Culpar a otros por lo sucedido.
-    Incapacidad para recordar partes importantes del hecho.
-    Pérdida del interés por actividades o por otras personas.
-    También puede tener síntomas de ansiedad, estrés y tensión:
-    Agitación o excitabilidad
-    Mareo
-    Desmayo
-    Sensación de latidos del corazón en el pecho
-    Dolor de cabeza

El TEPT se diagnostica después de 30 días o más de sintomatología. Para su diagnóstico se pueden realizar exámenes físicos, exámenes de salud mental y exámenes de sangre, con la finalidad de encontrar posibles enfermedades relacionadas o similares.
El tratamiento para el trastorno de estrés postraumático implica psicoterapia y/o medicinas. Puede tomar de seis a doce semanas. Sin embargo, en algunas personas, puede ser más largo.
-    En psicoterapia, la persona habla con un profesional, psicólogo terapeuta o psiquiatra, en un sitio apropiado (tranquilo, acogedor…). Ellos pueden ayudarle a manejar sus síntomas y lo guiaran adecuadamente.
Uno de los tipos de psicoterapia más utilizados en estos casos es la desensibilización. Durante el tratamiento, se le anima a recordar el hecho traumático y a expresar sus sentimientos al respecto. Con el tiempo, los recuerdos del hecho se vuelven menos aterradores. Durante la psicoterapia, también puede aprender técnicas de relajación, especialmente para cuando comience a tener reviviscencias.
-    Con respecto a las medicinas, estas le pueden ayudar a aliviar la depresión o la ansiedad. Ayudan a dormir mejor. Este tipo de tratamiento conlleva un tiempo necesario. Por tanto, no debemos cambiar las dosis sin antes consultarlo.
Otro tratamiento serían los grupos de apoyo, donde las personas comparten experiencias similares con el trastorno de estrés postraumático pueden ser útiles. Esto no significa que podamos sustituirlo por la terapia o las medicinas, pero si es cierto que pueden ser un complemento importante.
Aunque los hechos traumáticos pueden ocasionar angustia, no todos los sentimientos de angustia son síntomas de trastorno de estrés postraumático. Hablar de nuestros sentimientos con familiares y amigos nos puede ayudar, en cualquier circunstancia. Si los síntomas no mejoran pronto o lo están perturbando mucho, póngase en contacto con un profesional y busque ayuda inmediatamente si:
-    Se siente abrumado.
-    Está pensando en hacerse daño o en dañar a otra persona.
-    Es incapaz de controlar su comportamiento.
-    Tiene otros síntomas muy angustiantes de trastorno de estrés postraumático.

Ana Contreras - 2º BCT