La palabra disfasia proviene del griego (dis- que significa “dificultad”, fasia (phasis) que es sinónimo de “palabra” y –ia que se traduce como “cualidad”). A esta enfermedad se la conoce
como trastorno específico del lenguaje (TEL) o trastorno específico del desarrollo del lenguaje (TEDL).
La disfasia es un trastorno del lenguaje que se caracteriza por provocar dificultad al hablar o al comprender una conversación. Las personas con disfasia no son capaces de formar frases
coherentes, tienen dificultades para encontrar las palabras adecuadas, usan palabras que no tienen sentido en una conversación o tienen difilcutades para enterder lo que otra persona le esta
diciendo. Los pacientes que sufren de disfasia suelen tener un carácter más irritable por la frustación de no poder hablar o entender con normalidad. Al igual que los pacientes, los cuidadores
también se frustran ya que el paciente puede tener problemas al comprender una orden. Existen grados superiores de disfasia en los que el problema aumenta con creces. A estos graves problemas se
les llama afasia.
Los síntomas mas destacados de la disfasia son: el aprendizaje tardío del lenguaje y silencios prolongados en una conversación, discursos poco estucturados, trastornos de la
pronunciación de palabras a veces incomprensibles, vocabulario pobre, problemas en la sintaxis, dificultades en la comprensión de palabras o frases, dificultades en el colegio, problemas en la
concentración y problemas cognitivos con retraso psicomotriz.
Por lo general, este trastorno es detectado en la niñez y se distingue de los retardos simples en el desarrollo del lenguaje en que éstos evolucionan con mayor rapidez.
Al interactuar con alguien con disfasia, hay que ser consciente de que el enfermo sabe perfectamente lo que quiere decir. Pero cuando habla sus palabras salen sin tener sentido ninguno y el
paciente puede llegar a estar tan sorprendido como los demás hasta el punto de que algunos pacientes no se dan cuenta de que en realidad lo que están diciendo no tiene ningún sentido. Esto puede
ser extremadamente frustrante para el paciente y para sus cuidadores ya que no entienden lo que dice ni el paciente entiende las ordenes que se les da con lo que se forma una situación en la que
hay que acudir a otros métodos. La frustación del paciente puede conducir a un gran depresión y ha tener problemas del comportamiento, incluso problemas con las personas y biceversa.
El tratamiento se basa más en la interacción del paciente con su entorno más que en el habla misma. Desde este punto de vista, el paciente debe aprender el lenguaje como una
manera de comunicarse con ese entorno en el que se encuentra. La base de toda la intervención va a ser la participación, motivación y estimulación del paciente para que se creen las condiciones
apropiadas para que el paciente pueda comenzar a hablar.
El tratamiento va a consistir en un programa individualizado, realizado a partir de una evaluación completa del paciente que se va a realizar en las primeras sesiones. Dependiendo del nivel de
lenguaje que posea el paciente se establecerán unos objetivos y un programa específico para que pueda conseguir esos objetivos.
En general, un programa de lenguaje incluye:
Para conseguir una mayor eficacia se utilizarán técnicas de aprendizaje psicológico que el terapeuta llevará a cabo en las sesiones y que explicará a los cuidadores del paciente para que apoyen
el aprendizaje en las actividades cotidianas del paciente. La participación de los cuidadores es fundamental ya que son los que podrán llevar al día las habilidades aprendidas en las sesiones con
el terapeuta.
Como conclusión podemos indicar que la disfasia es un trastorno del lenguaje que, si comenzamos a ver indicios en un familiar que sea un niño pequeño o no tan pequeño, deberíamos
llevarlo al hospital e, independientemente de la causa, debe ser tratado yendo a un terapeuta con el afectado y sus familiares.
Hay que intentar que la disfasia no provoque que el paciente tenga problemas en su infacia y en su vida en general. Por otro lado los cuidadores tienen que mantener el control de la situación y
no desesperarse cuando se den las situaciones más frustrantes.
Claudia Rojas - 2º BHS